El día 17 de abril, el instituto Luis Bueno Crespo, ha organizado la asistencia a un coloquio y una representación teatral para que los alumnos/as se conciencien de los problemas que conllevan las patologías visuales. Ha sido una de las mejores experiencias que he vivido en mi vida, ya que gracias a ella he aprendido valiosas lecciones y he adquirido nuevos conocimientos.
Esta representación ha tenido lugar en la Casa García de Viedma de Armilla. Salimos del instituto a las 10:30 y volvimos a las 13:45, para dar la última clase. Cuando llegamos a nuestro destino, una mujer muy amable nos acogió y nos llevó a una pequeña sala para ver la representación teatral. Esta, trata sobre un grupo de 11 personas que se quedan ciegos de un día para otro, y se inscriben en la organización ONCE para animarse y ser más pacientes. Me gustó mucho porque el montaje estuvo escrito en clave de comedia.
Al principio, me asusté, ya que el inicio era muy inesperado. Sin embargo, la representación teatral me mantuvo enganchada desde el principio hasta el final. La actuación de los actores fue impresionante y la trama era muy interesante. La historia era muy conmovedora y los personajes lograron transmitir toda la emoción del momento. Además, me hizo reflexionar sobre diversos temas. Definitivamente, es una obra que todos deberían de ver.
Después de la representación teatral, nos fuimos a otra estancia, donde los actores y actrices se presentaron, contaron su experiencia, nos comentaron cómo se sintieron… Los valores de la ONCE hacen un recorrido transversal desde que la persona recibe la noticia de su enfermedad hasta que supera los miles de escalones que ha encontrado en el camino. Son las propias actrices las que cuentan cómo han ido superando obstáculos y aprendiendo a defenderse en su nueva vida.
Cuando estábamos escuchando la experiencia de los actores y actrices de la representación teatral me quedé muy sorprendida, ya que contaban cosas alucinantes. Una de las cosas que me dejó impresionada es que una señora tenía más de 20 de miopía. También nos dijeron que para no ser estafados a la hora de pagar algo, ellos sabían el tamaño y la forma de las monedas o billetes. Una mujer nos dijo que ella, como todos, tiene su propio estilo, así que siempre que se quiere comprar una camisa pregunta por su color, y que para maquillarse, tiene unas paletas ordenadas por colores. Hubo una cosa que me dio bastante gracia, fue cuando una señora dijo que ella, un día al hacer espaguetis, les echó azúcar en vez de sal.
Por otra parte, al salir de la Casa García de Viedma, nos dirigimos a un parque muy divertido. Pasado un tiempo, volvimos a nuestro instituto y seguimos con nuestro horario.
Honestamente, esta salida ha estado muy bien, ya que en ella se viven experiencias inolvidables. Además, la aconsejo mucho, ya que en ella se aprenden valiosos valores. Hay que respetar a las personas sin vista, ya que son personas iguales a nosotros que merecen respeto y dignidad. La discapacidad visual no define a una persona.
La historia interminable 